Historia
Historia de Piña de Campos
La historia de Piña de Campos se remonta en el tiempo hasta la Edad de Piedra, ya que existen vestigios de lo que tal vez fuera un asentamiento de paso, que se perpetuaría hasta la Edad del Bronce. Sin embargo la época de mayor esplendor de la Villa, data de la Alta Edad Media. En ese momento Piña de Campos aparece en los documentos de la época como formante de la comunidad de las nueve villas, junto a Támara, Amusco, San Esteban, etc.
De ese momento data el castillo-fortaleza del que sólo queda el arco de entrada. También se inauguraron en esta época dos hospitales fundados por don Diego González Quintero, con una ermita dedicada a San Millán, solar hoy ocupado por las escuelas viejas, conservándose la imagen del santo en el Museo Parroquial. La misma iglesia parroquial de San Miguel, se inició en la Edad Media, no finalizándose hasta el siglo XVII, presentando desde entonces, más o menos el actual aspecto. Además la localidad de Piña, albergó en determinadas épocas a los peregrinos que iban a Santiago. En el siglo XIV, fue señorío del Marqués de Aguilar, compartido éste con la parroquia y el cabildo de ocho capellanes. Igualmente y según consta en el archivo parroquial, el canónigo don Diego González Quintero a su muerte dona todos los bienes que posee a la iglesia y al hospital de Piña. Del año 1772, data una de las casas más vistosas de la localidad, la llamada Casa Grande, mandada construir por don Froilán Bruno de la Pinta. Junto a la carretera nacional 611, se mantiene en pie una recoleta ermita dedicada a la patrona de la villa, la cual posee un bello romance que dice lo siguiente:
“Era en Piña de Campos donde esto sucedió,
Cuando a pasear iba por el campo un gran señor,
Un enlutado jinete ante él se presentó,
Ceremonioso saluda y seguido preguntó:
El más rico de esta villa, decidme quién es señor.
Y el señor le contestó: el que está en gracia de Dios.
En su fracaso furioso ha quedado el tentador.
Se ha abierto a sus pies la tierra y luego se lo tragó.
Y el piadoso caballero, agradecido al Señor,
A la Virgen del Camino, una ermita levantó.
Esta es nuestra patrona: la Virgen de la Piedad,
A quién los hijos de Piña, no olvidamos jamás.”
Piña de Campos